INTRODUCCIÓN:
La comunicación terapéutica se basa en la idea de que lo principal de toda relación de ayuda es la comunicación y que ésta está centrada en el paciente. La comunicación no es dar información (ésta es una parte muy pequeña de este proceso), es una manera de relacionarse, en la cual el profesional sanitario está presente con todo su ser, como testigo empático, con un compromiso de ayudar y acompañar al paciente en su realidad.
Esto es necesario porque, a causa de la
enfermedad, el paciente pierde gran parte de su ser: su vida social y laboral y
su rol familiar. Hablando y redefiniéndose a alguien que le escuche desde una
posición terapéutica puede empezar a construir su nueva realidad.
Rol social, familiar y de trabajo
El paciente, su dolencia y la experiencia que
tenga de su dolencia, no son problemas que se deban “arreglar”, sino una
situación que se debe descubrir con interés y curiosidad. No se pretende que el
profesional sanitario comprenda al paciente en su totalidad, eso no es posible
dado la complejidad del ser humano, pero sí que haga el esfuerzo de intentar
comprender, escuchando con el mismo interés que mostraría un antropólogo en una
nueva cultura.
Pero, ¿comprender qué? Lo principal es
intentar entender el significado que tiene para el paciente su experiencia
(enfermedad, dolencia, aspectos psicosociales, etc.), ya que la enfermedad no
supone lo mismo para el que la padece que para el profesional sanitario. El
significado que tiene para el paciente dará al profesional la mejor información
para decidir intervenciones verbales y no verbales.
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